Segunda parte. El Credo Cristiano

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Creo en dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo,
su único hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra del Espíritu Santo,
nació de la virgen María,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso,
y desde allí ha de venir
a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el espíritu santo,
la santa iglesia cristiana, la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.

 

ARTÍCULO PRIMERO

La creación

Creo en Dios Padre todopoderoso
creador del cielo y de la tierra. 

¿Qué significa esto?

Creo que Dios me ha creado a mí juntamente con los demás seres; que me ha dado mi cuerpo y mi alma, mis ojos y oídos y todos los miembros, mi razón y todos los sentidos; y aún los sostiene; además, me da vestido y calzado, comida y bebida, casa y hogar, cónyuge e hijos, campos, animales y toda clase de bienes; que me provee a diario y abundantemente de todo lo que mi cuerpo y mi vida necesitan, me protege de todo peligro y me preserva y libra de todo mal. Y todo esto lo hace por pura bondad y misericordia paternales y divinas, sin que yo lo merezca, ni sea digno de ello. Por tanto, estoy obligado a darle gracias por todo y ensalzarle, servirle y obedecerle.

Esto es ciertamente la verdad.

 

ARTÍCULO SEGUNDO

La redención

Y en Jesucristo,
su único hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra del Espíritu Santo,
nació de la Virgen María,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso,
y desde allí ha de venir
a juzgar a los vivos y a los muertos. 

¿Qué significa esto?

Creo que Jesucristo, verdadero Dios, engendrado del Padre en la eternidad, y también verdadero hombre, nacido de la virgen María, es mi Señor, que me ha redimido a mí, hombre perdido y condenado, y me ha rescatado y librado de todos los pecados, de la muerte y del poder del diablo; mas no con oro ni plata, sino con su santa y preciosa sangre y con su inocente Pasión y muerte; todo lo cual hizo para que yo sea suyo y viva bajo Él en su reino, y le sirva en justicia, inocencia y bienaventuranza eternas, así como Él resucitó de entre los muertos y vive y reina eternamente.

Esto es ciertamente la verdad.

 

ARTÍCULO TERCERO

La santificación

Creo en el Espíritu Santo;
la santa iglesia cristiana, la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.

¿Qué significa esto?

Creo que ni por mi propia razón, ni por mis propias fuerzas soy capaz de creer en Jesucristo, mi Señor, y arrimarme a Él; sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el Evangelio, me ha iluminado con sus dones y me ha santificado y guardado en la verdadera fe, del mismo modo que Él llama, congrega, ilumina y santifica a toda la cristiandad en la tierra y en Jesucristo la conserva en la única y verdadera fe; en esta cristiandad Él nos perdona todos los pecados a mí y a todos los fieles diariamente con gran misericordia, y en el postrer día me resucitará a mí y a todos los muertos y me dará en Cristo, juntamente con todos los creyentes, la vida eterna.

Esto es ciertamente la verdad.

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